En el hogar de los Alcántara reina la anarquía. Con Herminia y Mercedes en Sagrillas, los demás miembros de la familia ya ni siquiera comen en casa, y es que cada uno tiene la mente en otro sitio. Antonio cada vez pasa más tiempo con Elisa. El fin de semana está a la vuelta de la esquina y se tiene que inventar una excusa para no ir al pueblo, en contra de lo que había prometido a Merche.