La buena marcha del juicio contra Javier Sáez hace que Caronte reciba la oferta de la abogada Marta Pelayo para convertirse en socios y llevar el caso de Hilario Méntrida, un padre acusado de haber acabado con la vida de su hija ahogándola en un lago. Mientras tanto Caronte se reencuentra con su antiguo grupo de amigos, de los que no recibió ni una sola visita en la cárcel.