Empiezan a desaparecer niños de varios orfanatos de la villa. Los hombres del Cardenal se encargan de secuestrarlos para darles un destino cruel. Águila Roja y Sátur deberán averiguar qué ha sido de ellos. Mientras, El Comisario descubre que la que viajaba en el baúl robado no era Mariana, sino Lucrecia. Catalina escucha la conversación y se entera de que la Marquesa está en el baúl que ella enterró con Cipri. Ha pasado demasiado tiempo y Catalina da a su señora por muerta. Gonzalo informa a su familia de que Mariana se va a quedar a vivir con ellos una temporada. Alonso está convencido de que esa mujer es la amante de su padre y no oculta su enfado ante la noticia. Por su parte, Margarita no puede evitar sentir celos.