Después de adaptarse con éxito a la vida en la casa del gremio, Yuuki contrae un terrible resfriado. A pesar de los mejores esfuerzos de Kokkoro, Karyl y Pecorine para cuidarlo hasta que recupere la salud, su condición se niega a mejorar; de hecho, empeora aún más. Sin otra opción, llevan a Yuuki a una clínica cercana, solo para vivir una experiencia impactante.